miércoles, 19 de noviembre de 2014

Omeyas y Carolingios (I): Los omeyas hasta la batalla de Poitiers (732)



Dividiremos esta entrada en dos partes debido a la longitud del teme que se quiere abordar. En este post os hablaré de los omeyas y de lo que supuso para ellos y para los carolingios la batalla de Poitiers.

Tanto omeyas como carolingios vamos a definirlos como revoluciones, debido a la gran cantidad de cambios en tan poco tiempo, son dos familias o dos dinastías que acaban chocando.
Los omeyas se introdujeron en el poder del Islam tras Mahoma y los profetas ortodoxos en el año 661 y aguantaron en el poder hasta el 750. El imperio que crea esta familia tiene como capital Damasco e intentarán transformar el movimiento islámico en una organización estatal de fundamento árabe que utilizará como herramienta la lengua árabe a través de el Corán. Hace una arabización del mundo musulmán.

Los omeyas crean esta revolución desde la rama sumnita, en contraposición de los chiitas, y crearan un Islam articulado por su familia junto con los valores de la alta sociedad mecana como el comercio caravanero que intentará extender este sistema por el exterior.

Y aquí radica lo más importante, no se trata de una expansión islámica, sino una revolución política que su cabeza serían los omeyas,. Cuando Carlomagno atacó la península Ibérica no atacó al Islam, sino que atacó a los omeyas, a la familia, a su rival político.

El mundo omeya intentará lo que consiguió Roma, que el Mediterráneo sea su mar. Aunque la principal características de estos es elegir sus principales ciudades con grande ríos y no costeras, como Córdoba.




Es una revolución, no una expansión. Sus recursos salen de los tributos. Con estos crean un aparato estatal extraordinario unido a la gran inversión artística de esta familia.
La revolución se expandió por todo norte de África, como veis en el mapa, y se introdujo en la Península llegando al límite del Ebro-Duero. Pero quieren extender sus fronteras más allá, en el límite del Luar.

El río Luar está en el norte de la franconia, que pertenece al territorio de los francos, que se va consolidando a través de los reyes merovingios. Pero el mundo franco estaba bastante consolidado. Los omeyas posiblemente estaban estimulados por la poca acción de los reyes que delegaban su poder político en sus mayordomos de palacio, una especie de primer ministro. Antes de llegar a Tours nos encontramos con Poitiers, en su explanada se asienta el ejército y les saldrá a su paso el ejército franco.

La batalla sucede en el 732. Por un lado tenemos al ejército omeya y por el otro al franco, liderado por Carlos Martel, mayordomo de palacio, y el que da nombre a la siguiente revolución: los Carolingios.

Carlos Martel organizó su infantería de una manera diferente, desde los romanos la infantería más veterana se colocaba al principio y conforme menos veteranía poseías más atrás te colocabas.
Los carolingios reinvirtieron esta formación y colocaron a los novatos en primera línea, los jinetes bereberes chocaron contra la primera línea conformada principalmente por campesinos. Conforme el ejército omeya chocaba contra el muro cada vez eran más profesionales y estos cada vez estaban más cansados, y a esto hay que sumarle la revolución metalúrgica que producía espadas más largas, hachas, caballos herrados y con estribo.

Finalmente Carlos Martel avanzó hacia el campamento y acabó con esta campaña y de la expansión omeya por Europa, fijando su frontera en la Península Ibérica. La derrota de la batalla cayó como una bomba en Damasco provocando que los abasíes asesinen a toda la familia de los omeyas, menos a uno que se instalará en la Península, y trasladarán su capital a Damasco.





La batalla de Poitieres creó dos efectos, dos consecuencias, para tanto carolingios como omeyas.
El primer efecto es que para el mundo carolingio reafirmó la posibilidad de cuál era el sentido del poder. Pipino el Breve, hijo de Carlos Martel gran vencedor de la batalla y no su rey merovingio, crea una revolución política, en el 751 se proclamará rey de todos los francos, acabando ya con los reyes merovingios cortándole la caballera a Childerico III, e iniciando una nueva dinastía en el trono: la de los Carolingios.

El segundo efecto es que, los omeyas, sin saber la trama que iba haber sobre ellos, deciden mandar el ejército a la Península, ya que existe una guerra civil entre árabes y bereberes. Los omeyas ganarán la Península pero perderán el gobierno, asesinan a todos menos a Abd al-Rahman I, desembarcará en Almuñecar que se encuentra en un promontorio y entre dos ríos, al igual que Antioquía. Los omeyas no apostarán por capitales costeras, ninguna judía, tampoco goda como Sevilla, por ello eligen a Córdoba.

Los cambios dinásticos tanto omeyas como carolingios suceden más o menos igual en el tiempo.

Gracias por leer mi primera parte, es imposible hablar de Carlomagno sin hablar de los omeyas y los Poitiers, en mi segunda entrega repasaré a Carlomagno y a las medidas que tuvo lugar con éste.
Un saludo y espero que dejéis cualquier comentario, sobretodo si uno no está de acuerdo con esto.




No hay comentarios:

Publicar un comentario